domingo, 27 de febrero de 2011

Dicen que todo es historia (Cap 1-1)

Dicen que cuando mueres ves tu vida en un segundo, un segundo que se alarga una eternidad; dejando ver un repaso de todo aquello que hiciste en tu vida: los aciertos, los errores, los amores, las maldiciones y demás cuestiones de la vida.
Quizás llegó el momento de mi partida, pues mi mente imagina, con retoques de una película emotiva, la vida y lo que recuerdo de su sonrisa, lo que me motiva y las derrotas conseguidas, del tiempo una línea se dibuja mientras la cinta se rebobina, como aquellas viejas VHS que veía, la cuenta se reducía mientras el reloj hacía atrás corría, llevándome entre pensamientos y recuerdos vagos.
Vago por la galería de mi memoria, entre intempestivas tormentas de derrotas, miedos, traiciones, errores y demás horrores; pero también aquellos momentos de calma y júbilo, en los que éxito, amor, aprendizaje y amistad bailaron conmigo, algunos hasta el final del camino, otros, cual prostituta se fueron apenas terminó el espectáculo a su camerino. Pero todos tienen un espacio en mi ser, me doy cuenta hoy, es tan fácil de ver, aquellos que tocaron a este simple guerrero de lo cotidiano forjaron con acero lo que fui, lo que soy y lo que anhelo, gracias a todos aquellos que me enseñaron de lo feo a lo más bello.
Quienes me traicionaron mucho me enseñaron, y gracias cabrones, pues por ustedes soy más fuerte a diario. A quienes me amaron o estimaron, son pilares en la obra de este hombre, pues su felicidad es lo que motiva para buscar mejorar la cotidianidad del día a día. Espero con ansias que llegue el día en que en la vida de la humanidad no exista el primer grupo, los "juditas", pues el alma limpia da una linda perspectiva y aumenta las sonrisas, si esperanza y la confianza no se ven corrompidas.
Sigo en la espiral que me lleva a mi origen, mi punto de partida, no busco una salida, es la mejor película que se transmitía, veo mi juventud regresar, el cansancio ya se va, los sueños de rebeldía aumentan, esos días de descubrir quien era y la difícil decisión de elegir una opción para convertirme en adulto. El viaje va a medio punto, no me aburro, va muy rápido, espero no perder detalle alguno.
Llega mi niñez y la desnudez de mi conciencia, la inocencia reina y todo es juego y sorpresas, cada día cosas nuevas, simples alegrías llegan, la imaginación es esplendida en mi retina se dibujan paisajes y personajes de otras fechas, soy un superhéroe que por fin alcanza la alacena saltando entre edificios que a colchones se asemejan, los buenos ganan todas las faenas y la justicia y paz juntas reinan, nada me falta y mi papá todo me enseña, todo lo sabe, mientras mamá es la fuente de amor y comprensión inagotable.
Pero en esta vida y como humano acepto el límite, llega el punto en que la película comienza, no hay más que regresar, al principio del archivo solo hay películas borrosas, discos en vinilo, gastados por el tiempo ya perdido. La primera imagen de la que tengo conciencia es la final del recorrido, recuerdo haber leído que tenemos dos memorias en uno mismo, la emocional y la... digamos histórica, la normal, y la primera sale casi como instinto, condiciona nuestro accionar sin que pensemos en el motivo, así que sé lo que sentí pero no lo que lo originó, y a partir de ahí es donde comienza en orden la historia que mi vida profesa, la obra inconclusa de un humano en la tierra.